Bodega Patagonian Wines en la ruta del vino
La Bodega Patagonian Wines se encuentra en la localidad de El Hoyo, provincia de Chubut, en la Patagonia argentina. Está emplazada sobre la Ruta Nacional 40, km 1900, en un valle cordillerano rodeado de montañas y bosques, a unos 300 metros sobre el nivel del mar.
Su microclima es extremo dado que son veranos cortos, heladas frecuentes, viento y gran amplitud térmica entre día y noche, lo que da lugar a una maduración lenta de las uvas y a vinos con gran frescura y carácter patagónico. La Bodega es pionera en la viticultura de Chubut: sus viñedos actualmente ocupan aproximadamente 10,5 hectáreas de un terreno total de 12,5 ha.
El clima extremo no fue un gran desafío: he aquí la pionera
Fundada luego de una parcela experimental en El Bolsón, la Bodega Patagonian Wines vivenció su traslado definitivo a El Hoyo en 1998, y sus primeras vides se plantaron en el año 2000. El predio se sitúa a unos 300 metros sobre el nivel del mar, un poco al faldeo de cerros y muy cerca de la Ruta Nacional 40, lo cual le aporta una geografía privilegiada: bosques, montaña y un microclima cordillerano que define su identidad vitivinícola.
Eso sí, este entorno no es un mero decorado: el clima extremo (con heladas frecuentes, amplitud térmica entre el día y la noche, y vientos patagónicos) obliga a un manejo muy cuidadoso de las viñas, pero precisamente esas condiciones son las que permiten desarrollar perfiles aromáticos muy particulares en sus vinos compuestos por la buena acidez, la delicadeza, y los caracteres “fríos” muy claros.
Además, Patagonian Wines fue pionera en la viticultura de Chubut, siendo la primera bodega establecida en esa provincia, lo que la convierte en un símbolo del desarrollo vinícola más austral de Argentina.
La historia detrás de la Bodega también tiene un componente fundacional: impulsada por Bernardo Weinert (de Bodega y Cavas de Weinert) y con el enólogo Darío González Maldonado, el proyecto asumió muchos riesgos técnicos y climáticos, pero apostó a la calidad en un territorio poco explorado. La invitación es a sumergirse en los orígenes de la viticultura patagónica y conocer cómo se construyó todo en un rincón cordillerano de la zona.

Patagonian Wines es sinónimo de calidad y detalle
La filosofía productiva de Patagonian Wines es decididamente boutique y muy consciente de su escala. Aunque la Bodega tiene capacidad para elaborar hasta 250 mil litros, su producción real es en torno a 50.000 botellas, aunque también han tenido momentos en los cuales la producción desciende por desafíos climáticos. La baja producción no es por falta de ambición, sino por elección estratégica: quieren mantener un manejo muy cuidadoso de las viñas, con intervenciones que respeten la personalidad del viñedo y las condiciones serranas.
Además, la Bodega utiliza tecnología moderna, pero aplicada de forma artesanal dado que sus instalaciones cuentan con piletas de cemento para fermentación, tanques de acero de distintos tamaños, bombas y prensas de bajo volumen, lo que permite manejar lotes pequeños con gran precisión.
La escala intermedia también posibilita que el equipo técnico (liderado por González Maldonado) se enfoque en cada etapa, desde la cosecha hasta la vinificación, optimizando la calidad más que buscando volumen.
Otro aspecto que destaca de su producción es el fuerte vínculo con la comunidad local ya que parte de su materia prima proviene también de productores de la región. Esa integración cumple un rol social y económico en la zona, reforzando la identidad patagónica del proyecto. Sumado a esto, su formulación productiva ha sido elogiada por su bajo uso de pesticidas (o su casi no uso en algunas etapas), lo que da un carácter “limpio” a las uvas gracias a la muy buena fitosanidad que ofrece el clima seco patagónico.
Para quienes visitan la Bodega, esto significa que la misma no es una fábrica masiva, sino más bien es un lugar donde se siente el cuidado, el trabajo humano y la pasión por producir vinos de alta calidad en un entorno desafiante.
Patagonian Wines no solo se dedica a hacer vino
La invitación a los turistas es poder ser parte de su mundo vitivinícola a través de una experiencia muy completa. La Bodega ofrece visitas guiadas por sus viñedos y sus instalaciones, durante las cuales explican el proceso de producción desde la vid hasta la copa: todo está pensado para que quien asiste pueda entender cómo las condiciones patagónicas (el viento, la temperatura, las heladas) influyen en las uvas, y eso no es todo: al final del recorrido se ofrece una cata de tres de sus vinos, lo que permite apreciar directamente cómo esos factores tienen un impacto en el perfil aromático y gustativo de las producciones elaboradas aquí.
Para muchos turistas, esta visita es una inmersión: no es solo ver las vides, sino también conectarse con la cultura local y la historia de la Bodega, con detalles que remiten a sus orígenes pioneros en Chubut. Además, según fuentes locales, hay opciones para disfrutar con una picada o tabla de productos regionales, lo que combina el vino con la gastronomía local y ofrece un momento ideal para relajarse frente al paisaje serrano.
Además, la inclusión de Patagonian Wines en el programa “Vinos y Sabores del Chubut” refuerza su rol destacado en el turismo vitivinícola de la provincia: formar parte de este circuito permite a los visitantes recorrer otros viñedos de la región, pueblos con encanto y experiencias gastronómicas típicas, sin perderse de nada.
En definitiva, la Bodega ofrece un espacio donde aprender, degustar y conectarse con la Patagonia de una forma auténtica, con la tranquilidad de saber que vas a pasar un rato valioso y no una visita exprés.
Algunas de sus cepas producidas
-Merlot: es un tinto elegante y seductor, con aromas a frutas rojas maduras como ciruelas y cerezas, y una textura suave en boca. Gracias al clima frío de El Hoyo, estas uvas desarrollan una acidez fresca que le da una sensación muy equilibrada, sin exceso de peso. En cuanto al maridaje, va excelente con carnes rojas poco grasas, como cordero patagónico, guisos vegetales o risottos cremosos.
- Dato interesante: esta fue una de las primeras variedades en ser plantadas por la Bodega y se adaptó muy bien al terreno y las condiciones climáticas, lo que permitió consolidar la identidad de sus vinos tempranamente.
-Pinot Noir: esta cepa es una expresión refinada del valle andino. Sus bayas ofrecen delicadas notas de frutos rojos como frambuesa, cereza y fresa, acompañadas de un toque floral que la hace muy atractiva. En boca es suave, con taninos discretos, pero con una acidez marcada que la refresca y la equilibra perfectamente. Es ideal para maridar con trucha patagónica a la plancha, hongos salteados, aves ligeras o quesos suaves. Lo más llamativo es cómo el viento patagónico y las heladas nocturnas contribuyen a concentrar los aromas, haciendo que este Pinot Noir tenga una estructura muy distintiva, algo que no se ve en todas las regiones vitícolas tradicionales.
-Chardonnay: es un blanco claro, con matices verdes, y aromas delicados de manzana verde, cítricos y frutas blancas. Gracias a la maduración lenta en El Hoyo, su acidez se mantiene viva, lo que da una gran frescura y un perfil limpio. Marida muy bien con pescados grasos como salmón o trucha, con mariscos, risottos suaves o platos con salsas cremosas.
- Dato particular: aunque la Bodega está hacia el sur, la Chardonnay logra una expresión muy clara y equilibrada, resultado del microclima y el manejo artesanal, lo que la convierte indudablemente en una joya blanca patagónica.

-Riesling: es aromático, con notas florales delicadas (flores blancas) y toques cítricos brillantes. En boca tiene una acidez vibrante que lo hace muy vivo, al mismo tiempo que mantiene una hermosa expresión de fruta y mineralidad. Es ideal para maridar con pescados delicados, sushi vegetariano, ensaladas frutales o platos asiáticos suaves.
- Dato curioso: esta cepa se beneficia especialmente de las noches frías del lugar, dado que las bajas temperaturas nocturnas ayudan a conservar sus aromas recién cosechados, lo que resulta en un vino con “frescura de altura” muy característica.
-Gewürztraminer: este blanco perfumado ofrece aromas intensos a rosa, especias suaves y frutas tropicales. En boca es elegante, ligeramente untuoso, con buena acidez que balancea su carga aromática a la perfección. Es ideal para maridar con platos especiados como las comidas asiáticas, el curry suave, los platos con frutas o flores, incluso los postres ligeros.
- Dato interesante: no es una variedad que se espere en viñedos tan australes, pero en Patagonian Wines ha encontrado su lugar, y su perfil ayuda a resaltar el carácter “exótico” y audaz de la Bodega, demostrando la capacidad de adaptación de su equipo técnico.
Ubicación geográfica
Si vas en auto para visitar Patagonian Wines, lo mejor es dirigirte al pueblo de El Hoyo (Chubut) por la Ruta Nacional 40. La Bodega está en el kilómetro 1900 de dicha ruta.
Al llegar a El Hoyo, vas a ver señalización hacia la Bodega y sus viñedos. El entorno es muy patagónico: bosques de coihues, cerros y un paisaje tranquilo que justifica hacer una parada para respirar, caminar y hacer la visita guiada. Te recomendamos revisar antes los horarios del tour, ya que las visitas pueden depender de la temporada (sobre todo durante la vendimia o en invierno). Aquí te compartimos en un mapa interactivo lo que necesitás para llegar a tu próximo destino:
Para más información y reservas
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Página oficial: https://patagonianwines.mitiendanube.com/
Teléfono de contacto: 0297 154291124
Gmail: contacto@patagonianwines.com
“Patagonian Wines: El primer viñedo de Chubut”




